LYNYRD SKYNYRD: "(Pronounced 'lĕh-'nérd 'skin-'nérd)" (1973)

¡Madre del amor hermoso! Esto sí es empezar una carrera musical por todo lo alto.
“Pronounced 'lĕh-'nérd 'skin-'nérd “ es con el permiso de los Allman Brothers band, la biblia absoluta del southern-rock para servidor. No sé cómo carajo consiguieron grabar ochos canciones de ese nivel pero lo cierto es que todo lo aquí presente es un diamante en bruto. A estas alturas, todavía se queda uno petrificado con semejante material y hasta me resulta difícil poder juntar unas palabras para formar frases y expresar lo que siento ante las composiciones de estos rednecks.
No recuerdo muy bien como cayó entre mis manos este álbum. No sé si fue una compra directa por recomendación del Popu o simplemente me lo dejó un colega pero da igual, lo importante es que me lleva acompañando la tira de años y no hay mes que no lo vuelva a escuchar ya sea del tirón o con alguna canción suelta. El clásico disco que te acompaña de por vida y que llevas con orgullo muy dentro de ti. ¿Qué puede uno escribir al escuchar temas como “Ain’t the one”, “Gimme three steps” o “Poison whiskey”? Simplemente callarse y dejarse llevar por la música. Está claro que estos canallas estaban en un estado de gracia absoluto y se permiten el lujazo de componer tres joyas del southern como “Tuesday’s gone”, “Simple man” o la épica “Freebird”, todas reunidas en un mismo LP. ¡Acojonante!

Tres canciones que harían palidecer cualquier discografía completa de otra banda. ¿Quién no se ha estremecido ante esas tres maravillas? Levantad la mano a quienes no se os pone la piel de gallina cada vez que escucháis cualquiera de esas tres canciones tan míticas. Obviamente “Freebird” siempre será el himno de los Skynyrd. Nada que objetar. Pero yo siempre le tendré un cariño especial a las otras dos, quizás menos obvias pero igual de efectivas y conmovedoras. Completan esta obra dos pistas no tan conocidas como la tradicional “Mississippi kid”, compuesta a medias con Al Kooper, que siempre me pareció un exquisitez de muchos kilates y “Things goin’on” con ese toque medio bluesero/honky tonk tan característico de esta irrepetible banda.
Sería injusto, no hablar de Ronnie Van Zant a la hora de hablar de este disco. Su voz, presencia, imagen y chulería son parte fundamental de este combo. El alma-mater indiscutible de una formación mítica como pocas y que volvería un año más a obsequiarnos con otro soberano discazo como “Second comin’” donde incluyen otro pedazo de clásico indestructible como es “Sweet home Alabama”.
Un masterpiece más grande que la vida, así de claro.