Hace más de un par de meses que se publicó este disco. Por aquellas fechas todavía no había creado este blog pero a buen seguro que hubiera escrito algo sobre este esperadísimo trabajo de los Crowes siete años después de su último "Lions". La espera mereció la pena ya que los hermanos Robinson no parece que quieran decepcionarnos tan fácilmente. Recuerdo que al principio el disco no me entró muy bien por la vena, posiblemente me esperaba otro tipo de disco más en la onda rockera de sus primeras obras, pero se nota que los años han pasado y la banda ha evolucionado a un sonido más maduro y reposado muy en la línea de los dos discos en solitario de Chris Robinson. Pues bien, después de un par de meses ya lo tengo claro, los Crowes han vuelto a reunir una serie de temas excelentes, manteniendo su estilo y ofreciendo al mismo tiempo frescura para que el nuevo material no llegue a quemarse por mucho que abuses de él. El disco está lleno de matices y va creciendo dentro de ti conforme van pasando las semanas. Los Crowes siguen escarvando en las raíces más profundas del Rock americano y salen nuevamente triunfando de este envite. El disco se abre con el primer single "Daughters of the revolution" y es de los pocos temas que te enganchan de la primera. Le sigue el blues pesado de "Walk believer walk" y aquí ya se nota la mano del nuevo guitarista Luther Dickinson que reemplaza al gran Marc Ford. Con "Oh, Josephine" la cosa empieza a sonar a gloria, un medio tiempo que te estremece con el paso del tiempo con predominio de slide guitar y piano. "Evergreen" me recuerda los tiempos de "Amorica" y llegamos al punto álgido del disco con canciones como "We who see the deep", la maravillosa "Locust street", el inicio zeppeliano de "Movin' down the line" y la más enérgica "Wounded bird", que podría ser otro perfecto single. En la última recta del disco hacen una apabullante revisión del "God's got it" del reverendo Charlie Jackson, un blues machacón de primerísima calidad. "There's gold in them hills" me parece lo más flojo del disco, un tema lento que podría haber figurado mejor en los discos en solitario de Chris pero que se deja escuchar, y para acabar lo hacen a lo grande con una muy folkie "Whoa mule".
Warpaint no llega a la altura de sus grandes obras, eso ya sería pedir mucho para los tiempos que corren, pero es un disco muy digno lleno de temas de calidad y pureza. Por ahora, lo importante es que tenemos a una de las bandas más grandiosas de los últimos 20 años dando guerra otra vez y esperemos que el año 2009 tengamos la oportunidad de verlos encima de un escenario en este país.
A mi al principio me supo a poco pero ahora no puedo parar de escucharlo. Cierto es que esperaba un poco más de decibelios pero estos tipos no defraudan nunca. Locust Street revolotea constantemente por mi cabeza.
ResponderEliminarSaludos.
De primeras no me gustó demasiado y ahora lo tengo arrinconado. Pero ya que me lo has recordado, esta noche lo sacaré de la estantería y tendrá una nueva oportunidad... a ver si acierta esta vez! Grupazo en cualquier caso. Saludos!
ResponderEliminarWarpaint es enorme, cada vez más. He leido y oido mucho eso de que no ofrece potencia y tal pero en mi opinión eso no tiene nada que ver el disco es buenisimo, una puta delicia que espero tener la fortuna de escuchar en directo algún día...
ResponderEliminarSaludos, gran blog...