CINDERELLA: "Long cold winter" (1988)

Llega el invierno, los días son cortos, el sol brilla por su ausencia y el frío casi polar se instala en nuestras vidas. Es la estación del año que menos me inspira y a la cual no quiero ni ver ni en pintura en el calendario. Menos mal que la música cura todos nuestros males y un disco como “Long cold winter” de Cinderella ilumina esta época del año. Pocos discos tan apropiados como este se me ocurren para escuchar por estas fechas. Desde la portada en blanco que inspira frialdad hasta la foto del libreto con la banda posando en un lugar perdido con un paisaje lleno de nieve, todo huele a invierno puro y duro.
Este segundo disco de la Cenicienta supuso un paso determinante en su carrera. En su primer disco sonaban a la clásica banda de hard rock muy influenciados por el glam y a pesar de ser un excelente debut, este “long cold winter” supera con creces aquella obra. Las composiciones son mucho mejores, la producción de Andy Johns se nota en cada surco y lo mejor de todo es que estos chicos estaban creciendo como músicos y ampliando sus horizontes musicales. La cosa iba a ir un poco más lejos con su siguiente álbum llamado “Heartbreak station” pero eso es otro tema que ya abordaremos en otro momento. La verdad es que la banda lo podía haber tenido muy fácil siguiendo con los parámetros de su primer trabajo. Las ventas fueron cojonudas, incluso llegando a la cifra de cuatro millones de copias vendidas con hits como “Nobody’s Fool” o “Shake me”, pero el amigo Tom Keifer se nos fue por otros lares y el hard/blues copó prácticamente todo el protagonismo de esta obra. Bandas como los Stones, Aerosmith o Led Zeppelín serían el punto de referencia de las nuevas composiciones del combo de Philadelphia.

Y nada mejor para averiguarlo que ponerse este álbum en el reproductor con esa intro llamada “Bad streaming blues” que inicia el disco. El blues añejo inicia esta obra para dar paso al primer temazo que es “Fallin’ apart at the seams”, todo un pelotazo que suena como un cañon en nuestros oídos. Las cosas están claras desde el principio y “Gipsy road” que considero como una de las canciones mayores del álbum confirma definitivamente que la banda ha tomado una nueva dirección musical. Otra gran sorpresa viene de la mano de una de las baladas definitivas de los 80 con “Don’t know what you got (till it’s gone)” que me pone la carne de gallina cada vez que la escucho. ¿Quién no se ha puesto tierno al escuchar un tema como este? Las canciones van pasando y “The last mile” es otro torpedo. El blues puro y duro hace acto de presencia en “Long cold winter” y el irresistible “Comin’ home” siempre será recordado para servidor como el primer tema que escuché de ellos y al que tengo un cariño especial. El final apoteósico de esta sensacional obra la completan la adrenalítica “Fire and ice”, más en la onda de su primer disco y “Take me back”.
“Long cold winter” sigue perdurando con cada invierno que pasa. Es una obra imperecedera que justifica su compra con la cantidad de grandísimos temas que posee y mientras escribo esta entrada cruzo los dedos para una posible fecha por este país. Hay gira asegurada para el 2010 y sería un puntazo poder verlos por fin después de tantos años de espera.