NEIL YOUNG: "Harvest" (1972)

Recuperar el “Harvest” en pleno San Valentín no es lo más recomendable pero cuando se trata de festejar su 40 aniversario de edición la cosa cambia, ¿no os parece?
En esta fecha tan señalada, en mi casa suele caer una buena ración de Elvis en su época más melódica, algo de la Brian Setzer Orchestra, por supuesto no puede fallar el gran Fran Sinatra y este año se sumará a la celebración de los enamorados el último disco de Paul McCartney muy apropiado por ser la banda sonora perfecta para compartir una cena de lo más romántico con tu ser querido.

Como os comenté, “Harvest” no es un disco muy alegre en reglas generales que digamos, en él están reunidos algunos de los temas más dolorosos y escalofriantes que compuso el tío Neil en toda su carrera, como es el caso de “The needle and the dame done” o “A man needs a maid”, que desprenden una angustia y un malestar cada vez que las escuchas la experiencia puede seriamente arruinarte el resto de la jornada.

Grabado en el año 1971 con la ayuda de The Stray Gators, donde figuraba músicos de la talla de Jack Nitzsche o Ben Keith, que falleció hace casi un par de años, este disco supuso el primer y único número uno de Neil Young en el Billboard. El single extraído “Heart of gold”, corrió la misma suerte y se aupó en lo más alto de la lista para poner en bandeja el disco más exitoso en la carrera del músico canadiense.

Lo llamativo en mi caso sobre este “Harvest”, es que me costó lo suyo adentrarme en él pero con el paso del tiempo se convirtió en uno de mis favoritos de Young. Al principio, siempre tenía más presente el “Zuma”, “Ragged glory” o “Rust never sleeps”. Quizás en aquella época cuando descubrí esta obra, los sonidos country y de corte acústico que emanan en la mayoría de los temas, no me tocaban especialmente la fibra, pero al final inevitablemente caí rendido ante este pedazo de obra de arte donde predominan unas melodías sencillamente perfectas y llenas de emotividad.

La verdad es que se podría destacar cualquiera de los temas que conforma esta obra maestra. Desde la inicial “Out on the weekend”, con ese ritmo pausado ayudado por un sutil pedal Steel, hasta llegar al final con un apasionante “Words (between the lines of age)”, que cierra de manera impecable este álbum y donde todas relucen de manera brillante. En mí cobran una especial fascinación joyas como “Heart of gold”, “Harvest, “Old man” o esos arreglos de la Orquesta Sinfónica de Londres que adornan preciosidades como “There’s a world” o “A man needs a maid”, que llega a tal grado de intensidad, belleza y sublimidad que la convierten en una de sus canciones más conmovedoras.

Para acabar de la mejor manera posible esta efeméride del “Harvest”, nada mejor que las palabras del propio Neil Young en la contraportada del CD donde reza: “I think Harvest is probably the finest record I've made". Con semejante afirmación creo que ya está todo dicho.