
Este acontecimiento me ha empujado estos días a volver a escuchar los primeros discos de Poison que hacía lustros que andaban cogiendo polvo en la estantería.
La verdad es que esta banda nunca fueron el centro de mi vida pero cuanto menos hay que reconocer que sus primeros trabajos están llenos de buenísimos temas que te trasmiten buen rollo y que son perfectos para tararear por la calle con este sensacional tiempo que impera durante esta primavera.
En este pequeño repaso que le di a esos tres primeros discos, me volví a dar cuenta que hace muchos años anduve muy enganchado a un tema llamado “I won’ forget you”. La típica balada o medio tiempo, según como se le quiera llamar, de aquellos años que se te quedaba en el cerebro al instante y donde no parabas de cantar el estribillo una y otra vez. Mucha gente se quedó principalmente con otro medio tiempo mucho más conocido como “Every rose has its thorn”, un auténtico hit que hizo estragos en las listas y que les catapultó a la fama pero personalmente siempre preferí a “I won’t forget you” por su toque triste que me inundaba de melancolía en mis verdes años.
Al volver a escucharla esta semana también me hizo recordar mi primer viaje a L.A hace muchisímos años. La tenía grabada en alguna de las cintas que me llevé (todavía no existia ni MP3 ni iPod) y era un complemento perfecto para acompañarme en mi primera aventura por California.
Quizás algunos la vean como una canción muy blandengue y melosa, tal vez un tanto desfasada pero a mí me ha vuelto a traer gratos recuerdos.
Esperemos de paso que Bret se recupere pronto. Necesitamos y se echa en falta más que nunca rock stars como él pululando por este miserable mundo.