Seguidores

Mostrando entradas con la etiqueta Roger Waters. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Roger Waters. Mostrar todas las entradas

domingo, 27 de marzo de 2011

ROGER WATERS: Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, 25 de marzo 2011

La oportunidad de asistir a un show como “The Wall”, no se podía desaprovechar bajo ninguna excusa. Pocas fueron las representaciones en aquella gira fallida allá por el año 1980 que casi lleva a la ruina a los miembros de Pink Floyd cuando estaban en lo más alto de su creatividad. ¿Quién iba a imaginar que en el año 2010 Waters volvería a recrear este show con todas las tecnologías audio-visuales actuales? Pocos, sin duda. Por lo tanto, nada más ponerse las entradas a la venta, no lo dudé ni un instante y me aseguré desde el primer día de tener en mi poder un par de tickets y soñar durante unos meses con semejante evento histórico que pronto podría experimentar en mis propias carnes.
La espera se hizo larga pero este viernes al fin pude ver este gigantesco montaje sin igual en el mundo del rock y puedo decir que salí satisfecho. No ha sido el bolazo de mi vida, ni muchísimo menos. Este tipo de macro-conciertos donde el aspecto visual, con su mastodóntica producción, quita cierto protagonismo a lo estrictamente musical, no suelen hacer mella en mi conciencia, aunque ya sabía que tenía que mentalizarme de lo que iba a ver. Por norma, me gustan más los shows sin tanta parafernalia pero hay que reconocer que lo del viernes estaba todo en su sitio y era digno de ser visto una vez por lo menos en tu vida.
El espectáculo fue de traca con una puesta en escena deslumbrante. A veces incluso me abrumaba y me sobrepasaba tanta producción. En ciertos momentos me daba la sensación que no sabía dónde poner los ojos ya fuera con los fuegos artificiales, los muñecos hinchables, el cerdo volador, la enorme pantalla circular, la construcción del muro con los enormes ladrillos de cartón, las secuencias de imágenes que se iban proyectando en el muro o el alucinante juego de luces. A parte de toda esa parafernalia, habría que destacar desde mi posición, el impecable sonido que reinó durante toda la actuación. Quizás en alguna fase sonaba un tanto alto pero en reglas generales de lo mejorcito que he podido escuchar en este tipo de acontecimientos.

El repertorio, sin sorpresas. Fue, “The Wall” de cabo a rabo y por estricto orden cronológico. Mis grandes momentos fueron sin duda con el inicio de “In the flesh”, las tres partes de “Another brick in the Wall”, aunque me sobraron los críos que subieron en el escenario, las fantásticas “Mother” y “Hey you”, esta última con la banda escondida detrás del muro y por supuesto “Comfortably numb”, que a pesar de la ausencia de Gilmour, sonó perfecta y celestial. Ahhh, y fue impactante ver caer el muro a escasos centimetros de donde nos encontrabamos.
En cuanto a Rogers, al estar en primera fila y a escasos metros, no pude apartar la mirada ante su figura. Este hombre tiene un magnetismo especial. Se le ve agusto, muy sonriente, en forma, muy cuidado físicamente y encima estuvo amable con el personal. Sorprendente, sobre todo cuando siempre me pareció un tipo bastante arisco.
En definitiva, un gran show que cualquier aficionado al mundo del rock debería de presenciar ahora que uno de sus principales creadores ha vuelto a actualizarlo. Ya sólo falta que la maquinaria Pink Floyd se vuelva a poner en marcha algún día ahora que la paz vuelve a reinar entre sus miembros y poder superar semejante ceremonia. Creo que lo firmaríamos sin dudar todo los presentes el viernes noche en el Palacio de Deportes de Madrid.