
Hoy es el día mundial del lanzamiento del nuevo disco de U2, pero no tengo ninguna gana de hablar sobre él. Me apetece más volver al pasado y recordar lo grandes que eran estos tipos. Ayer por la tarde después de muchísimos años, he vuelto a desempolvar el “Joshua Tree”, animado tal vez por la entrada que le dedicó el sábado
Perem en su blog a este cuarteto irlandés. Mentiría descaradamente si no os confieso que debí de pinchar este disco más de mil veces en el pasado y tal vez me quedo corto. Durante gran parte de mi adolescencia ha sido la banda sonora permanente y mi fiel acompañante durante esa época tan inestable y desordenada de tu vida. Vivía con todos esos temas dentro de mí, me daban fuerza, me sentía orgulloso, me creía todo lo que hacía esta banda, hasta Bono era un ídolo para mí. Todo, absolutamente todo me encandilaba, esa voz, ese sonido de guitarra de The Edge y la base rítmica efectiva de Adam y Larry, esos temas épicos, pero los años pasaron y obviamente hoy en día con tantos tropiezos y trabajos infumables, no los soporto. Me repatea todo lo que hacen y todo lo que les rodea. Me produce nauseas sólo oír su nombre. El paso del tiempo, les relegó en el más profundo de los olvidos pero ayer al volver a pincharlo, tengo que decir que me sigue pareciendo todo un señor discazo. Puede que algunos temas estén muy saturados y quemados pero en conjunto este disco a estas alturas todavía ofrece un nivel altísimo y una colección de temas acojonantes. Hay que reconocer que eran muy grandes, como lo fue Springsteen, Aerosmith o Rod Stewart por poner algún ejemplo, eso es innegable.

¿Y qué decir de la portada? Estaba literalmente obsesionado con ella. Lugares tan míticos como el Desierto del Mojave o Death Valley siempre me hicieron soñar, quería estar allí y hacerme la misma foto. Más tarde me enteraría de que las cenizas de Gram Parsons estaban esparcidas en ese mítico lugar. En aquella época, qué grandes referencias tenían, joder!!
“The Joshua Tree” es un disco redondo, donde todo encaja, desde sus tres primeras canciones, singles archiconocidos por todos y para arrasar en los charts mundiales, hasta los temas menos conocidos y que son unas maravillas como “Trip through your wires” o “Red hill mining town”. Guitarras salvajes (sí, habéis leído bien) en “Bullet the blue sky” o “Exit”, se mezclan con naturalidad con piezas de una delicadeza extrema en “Running to stand still” o “Mothers of the dissapeared”. Pero me voy a quedar con un tema que me volvió a sorprender y no es otro que “One Tree Hill”, una canción que el propio Bono había compuesto para su roadie fallecido en un accidente de moto ¡¡Qué sentimiento!! ¿Es posible que estemos hablando del mismo cantante que hoy en día me produce rechazo cada vez que oigo su nombre? Aquí había grandeza antes que la fama y el puto dinero se los llevara por delante.
En fin, me apeteció dedicarle un buen homenaje a este trabajo que siempre recordaré con mucho cariño y que defenderé con toda mi alma porque fue, es y seguirá siendo un discazo.