Gracias a la entrada que redacté la semana pasada sobre el “Live at the Apolo” de James Brown tuve la irresistible tentación de volver a escuchar ayer por la tarde otro live mítico como es “At Newport 1960” de Muddy Waters.
Nuevamente estamos aquí con otra grabación histórica y fundamental que todo buen melómano debería de revisar cada cierto tiempo. Posiblemente no sea el mejor directo de blues que uno puede escuchar pero desprende tal autenticidad y magia a partes iguales que no es de extrañar que fuese un artefacto esencial e indispensable para jóvenes como Mick Jagger, Keith Richards, Lennon, Jimmy Page, Jeff Beck, Eric Clapton y una innumerable cantidad de artistas prestos a comerse el mundo musical en los años venideros.
Básicamente lo que tenemos aquí es Blues con mayúsculas. El maestro Waters despliega toda su sabiduría a lo largo de poco más de media hora acompañado de otras fieras como Otis Spann al piano, Jame Cotton a la armónica, Pat Hare a la guitarra, Francis Clay a la batería y Andrew Stephens al bajo. Una banda con oficio, más que solvente y que sentían el blues desde las entrañas.
Clásico tras clásico y sin tiempo de relajación, desde “(I’m your) Hoochie Coochie man” pasando por la radiante “Got my mojo workin’”, la vibrante “Baby please don’t go” y rematando por ese especie de lamento titulado “Goodbye Newport blues”, hacen de esta actuación todo un referente para grabaciones posteriores y lo convierten en un disco que no ha perdido ni un ápice de frescura desde su publicación hace ya más de ¡50 años!
El blues no sería lo mismo sin él. Esencial.
