Ayer tuve la oportunidad de ver en acción a este hombre presentando este disco que nos ocupa y me encantó. La reseña de su actuación la podréis leer en el blog de Paulamule esta noche y para no repetir entrada, me apetece mejor escribir sobre este último trabajo que apareció justo hace un año. Es curioso que este álbum haya pasado relativamente desapercibido en la blogosfera, incluido para mí en su momento. Yo lo descubrí hace un par de meses sabiendo que iba a actuar en mi ciudad y es una pena que no haya tenido un poco más de relevancia. No cabe duda que Eli “paperboy” Reed ha irrumpido como un ciclón y eclipsó totalmente cualquier producto con sabor a soul clásico y añejo editado estos úlimos tiempos. No me parece justo que se lleve todos los honores teniendo en cuenta que este “The hard way” suena a gloria igualmente y a nadie parece importarle mucho. Es cierto, que no es tan frenético y endiablado pero al menos la calidad y el buen hacer de este hombre es indiscutible. Tiene una voz exquisita, sus influencias son de lo mejorcito, está rodeado de músicos de la talla de Allen Toussaint y posee unas canciones altamente disfrutables. El mismísimo Van Morrison lo considera una de la mejores voces y el mejor secreto guardado del soul británico y desde luego razones no le faltan al de Belfast.Como ocurre con el “Roll with me” de Eli, este “The hard way” suena a soul clásico en todos sus cortes pero tal vez de una forma más pausada y refinada en piezas como “Carina”, “Hand it over” o la más jazzy con ese saxo tan envolvente en “Till the end”, aunque hay espacio para temas más dinámicos como “Ain’t going nowhere”, “Don’t do me no favours” o “Jacqueline” que bien la podía haber grabado Little Richard en sus buenos tiempos.
Esto huele a los grandes de la Motown, Stax, o Atlantic, y aunque sea cuarenta años más tarde, se agradece un montón encontrarte trabajos de esta índole con tanta basura pseudo-soul-pachanguero dominando las listas en medio mundo. Hacedle un hueco para este verano, tal vez os sorprenda gratamente.



























Tras una breve introducción con “Sleep forever”, empieza la fiesta con la versión de Slade “When the lights are out” y lo siguiente son temazos como “Miss tomorrow”, el single ”Sick man of Europe”, “California girl” o “Everybody you make me crazy”… Amigos, esto es lo que llamo canciones perfectas con estribillos que te enganchan al momento y que a buen seguro voy a tararear durante estas próximas semanas. Tampoco podían faltar esas melodías e influencias tan beatlelianas en “Miracle”, “Closer, the ballad of Burt and Linda” o “Everybody knows”, estas dos últimas con unos fantásticos arreglos. Todo muy bien producido con canciones que en muchos casos no llegan ni a tres minutos de duración y que demuestra una vez más, que estos tíos son los putos reyes del denominado power-pop y que no tienen rival que les haga sombra.








