GREAT WHITE: "Rising" (CD 2009)

Lo digo bien alto y claro, Great White son una de las mejores bandas de hard rock de los últimos 25 años y cualquiera de sus discos deberían de figurar en las estanterías de todo buen melómano. Si hubiera justicia en este mundillo, estos tíos estarían en lo más alto y no serían injustamente olvidados por la gran mayoría. Y es lógico pues que esperara ansioso este nuevo trabajo después de ese sensacional “Back to the Rhythm” que supuso su retorno al negocio después de ese trágico suceso ocurrido hace unos años en un maldito club de Rhode Island.
La mala suerte siempre ha acompañado a estos californianos pero no por eso ha acabado con la existencia de estos músicos, de lo cuál me alegro un montón. Necesitamos tíos como estos que llevan el rock’n’roll en sus entrañas y sabes perfectamente que cualquier trabajo que facturen será digno de alabar y este flamante “Rising” no lo iba a ser menos.
Es cierto que sus grandes obras del pasado serán insuperables y aquellos tiempos con discazos como “Hooked” o “Psycho city” no volverán pero cualquier lanzamiento de Russell, Kendall y cia me alegra un montón y más cuando llega la primavera y dejamos el odioso invierno escuchando un buen disco de hard rock como este.
Vale decir que este nuevo trabajo es sensiblemente inferior a su predecesor “Back to the rhythm”, es más flojo, no está tan logrado y las composiciones suenan mucho más sencillas, pausadas y calmadas. Quizás se eche en falta algún tema más enérgico y movido marca de la casa pero se nota que quisieron acentuar su faceta más melódica que le viene de maravilla a este fantástico cantante que es Jack Russell. Quisiera también destacar la labor de un guitarrista totalmente infravalorado como Mark Kendall, nunca será el típico guitar hero pero es 100% efectivo, con esos solos llenos de sentimiento y tocando las notas justas, adecuadas y sin dejarse llevar por el protagonismo y egocentrismo.
De todas formas, es una delicia escuchar temas tan chulescos como “Situation” que se te clava en el cerebro como un tiro, el ritmo trepidante de “Danger zone” o la más cañera “All or nothing”. En el terreno más sosegado tenemos “Last chance” o “My sanctuary”, con esa esencia bluesy que no puede faltar en sus composiciones, y la más dulcificada “Only you can do”. Ah, y se agradece un montón como bonus track una correctísima versión de sus amistades satánicas en “Let’s spend the night together” que sólo podrán disfrutar los que tienen la versión europea del disco.
Por mi, que sigan otros veinte años más en este injusto negocio y si vuelven por estos lares no volveré a fallar porque sé que me esperará un grandioso concierto.
¡Larga vida a Great White!