JOHN HIATT : Bring the family (CD 1987)

Todavía estoy asimilando lo de Tom Waits y ya tengo un par de conciertos a la vista. Ahora están en el punto de mira John Hiatt y la serpiente blanca de David Coverdale. Hoy empezaré por el primero.Ya queda sólo una semanita para ver a John Hiatt en Donostia. Apuesto a buen seguro que muy pocos medios se harán eco de la presencia de este artistazo por estos lares. Con la saturación y la borrachera de noticias de Bruce Springsteen, me imagino que poco interés despertara el de Indianápolis. Como de costumbre en estos casos iremos los 4 gatos de siempre y toda la atención y la gloria estos días se la llevará el de siempre. No es que no se la merezca el de New Jersey, pero cansa un poco que sólo los medios hablen de rock’n’roll en este país cuando se cite a Bruce Springsteen y a los demás no se le hace ni puto caso.
He escogido este “Bring the family” porque me parece el trabajo más representativo de la obra de Hiatt y para mi gusto su mejor disco hasta la fecha. Lo anterior a este disco no tiene mucha importancia, son discos del montón. Hiatt atravesaba su peor momento artístico. El suicidio de su mujer y la adicción alcohol se resentía en sus composiciones pero con este disco que nos ocupa la cosa iba a cambiar radicalmente. Con la ayuda de Ry Cooder y de Nick Lowe se encerró unos pocos días en un estudio de Los Angeles y nos brindó el mejor trabajo de su carrera hasta la fecha. Todas las composiciones de este álbum son exquisitas, el conjunto de canciones forman un todo que quita el hipo. Desde la inicial “Memphis in the meantime” que más tarde versioneó Gregg Allman en su fantástico “Searching with simplicity” hasta la acústica “Learning how to love you”, la música fluye por sí sola. Destacaría sobre todo dos canciones que ojalá toque este domingo, una es “Lipstick sunset”, con ese formidable slide guitar del gran Ry Cooder, y sobre todo mi canción favorita de Hiatt, esa tremebunda pieza al piano que es “Have a little faith in me” ¡¡Por dios, qué voz!!. Un tema que literalmente te estremece por su belleza. A quien no le conmueva un tema como este, no sé qué carajo fluye por sus venas!! Con este trabajo, John Hiatt se hacía un pequeño hueco al lado de todos estos artistas que tenemos en mente y desde luego este gran disco no fue fruto de la casualidad ya que sus obras posteriores como “Slow turning”, “Stolen moments” o “Perfectly good guitar” son discos muy recomendables.
Si queréis empezar con la música de Hiatt, esta es la mejor elección. Yo, por mi parte, espero disfrutar de un conciertazo este domingo en el teatro Victoria Eugenía. Ya os contaré.