Mañana tocan esta superbanda en el pabellón de la comunidad de Madrid y es un buen momento para dar mi versión personal sobre este trabajo que está en boca de muchos seguidores amantes del hard rock más clásico. No os voy a agobiar con la historia, encuentro y miembros de la banda. A estas alturas todos sabemos quienes son estos tipos que forman Chickenfoot. Llevo un par de semanas con este flamante primer disco y sólo puedo decir que me han convencido. La verdad es que al principio era bastante reticente a escucharlo. Me temía el típico producto sin alma que nos quieren vender a toda costa con un mega-producción de cagarse, una formación llena de nombres ilustres que quieren vivir de su pasado para sacarse unas pelas y seguir viviendo del cuento.
No, no, nada de todo eso, estos tíos tienen ganas de rockear tal vez hartos de perder el tiempo en sus respectivos proyectos estables. Chad Smith se debe aburrir hasta decir basta con los Peppers, Michael Anthony ni tan siquiera giró con Van Halen e incluso Joe Satriani se olvida de sus locuras musicales y está bastante comedido a la hora de deslizar sus dedos por el mástil. Mención especial para Sammy Hagar que parece haber rejuvenecido en esta nueva aventura un par de décadas en la que su voz me parece de lo más destacado de este trabajo.
Hay poderosas razones para escuchar este disco, creedme. Las hard rockeras “Avenida revolution”, "Turning left" o "Sexy little thing" son de los puntos fuertes de este disco y si bien es cierto que hay algún que otro altibajo como ese "Get it up", el nivel raya a buena altura. Me quedo también con el sensacional medio tiempo "Learning to fall" que no para de sonar en mi MP3 y que es una delicia volver a escuchar una y otra vez.
Suerte los que puedan estar mañana en la cita madrileña. Puede ser un excelente bolo para todo aquel que disfrute de alta dosis de hard-rock clásico.
No, no, nada de todo eso, estos tíos tienen ganas de rockear tal vez hartos de perder el tiempo en sus respectivos proyectos estables. Chad Smith se debe aburrir hasta decir basta con los Peppers, Michael Anthony ni tan siquiera giró con Van Halen e incluso Joe Satriani se olvida de sus locuras musicales y está bastante comedido a la hora de deslizar sus dedos por el mástil. Mención especial para Sammy Hagar que parece haber rejuvenecido en esta nueva aventura un par de décadas en la que su voz me parece de lo más destacado de este trabajo.
Hay poderosas razones para escuchar este disco, creedme. Las hard rockeras “Avenida revolution”, "Turning left" o "Sexy little thing" son de los puntos fuertes de este disco y si bien es cierto que hay algún que otro altibajo como ese "Get it up", el nivel raya a buena altura. Me quedo también con el sensacional medio tiempo "Learning to fall" que no para de sonar en mi MP3 y que es una delicia volver a escuchar una y otra vez.
Suerte los que puedan estar mañana en la cita madrileña. Puede ser un excelente bolo para todo aquel que disfrute de alta dosis de hard-rock clásico.