La explosión del blues y el rhythm & blues vivida en
el Reino Unido a mediados de los 60 nos ha brindado una infinidad de grandes
bandas. Unas conocidas por muchos de nosotros
y que representaron lo mejor de aquella época para hacer parte en letras de oro en la
historia del rock. No creo que haga falta citar ningún nombre. Otras se
quedaron relegadas en el más profundo del olvido. Una de esas bandas que
pasaron sin pena ni gloria por el mundillo es Killing Floor que editaron en su
corta vida artística un par de álbumes muy recomendables. El primero, llamado
simplemente “Killing floor”, y el segundo, “Out of Uranus”, son dos pares de
ejercicios de rock/blues para mentes inquietas, ávidas por descubrir discos de
ese género que siguen sonando tan refrescantes como hace más de 40 años.
Por ahora, nos centraremos, que no es poco, en su primer álbum editado en el año 1970, que
contiene verdaderas maravillas como “My mind can ride easy”; “Woman you need love” del maestro Willie
Dixon; una delicada composición como es “Keep on walking”, donde se acercan
claramente a John Mayall y sus Bluesbreakers, o el boogie “Lou’s blues” con
especial protagonismo a Lou Martin que más tarde pasaría a hacer parte de la
banda de todo un Rory Gallagher para firmar discos antológicos como “Tattoo” o
“Blueprint”.