LED ZEPPELIN: "Led Zeppelin II " (1969)

Hace unas semanas se conmemoró el 40 aniversario de la aparición de este pedazo de obra maestra creada por la madre de todas las bandas y la verdad es que bien merecía un pequeño homenaje por mi parte. Led Zeppelín II es una obra de dimensiones incalculables y que ha sentado cátedra sin discusión posible. Ha sido una influencia básica para miles de bandas que intentaron hacerse un nombre en la historia de la música. Curiosamente, este es el disco que menos me gusta de sus cuatro primeras obras de arte. Cuestión de gustos, sin duda. Personalmente siempre situó “Led Zeppelín IV” por encima del resto y “Led Zeppelín o “Led Zeppelín III” van más o menos de la mano y según la época las apreciaciones van cambiando. De todas formas, no hay que quitarle ningún mérito a esta maravilla. Al contrario, debería ser una referencia absoluta en todas las buenas escuelas donde se imparten clases de rock. Analizando la carrera de Led Zep, pocas bandas han sacado cuatro obras maestras de este calibre seguidas al inicio de su carrera, y este que nos ocupa hoy, los grandes analistas o prensa especializada, siempre lo suelen citar e incluir en esas famosas listas de los mejores trabajos de la historia. Fue el primer disco de la banda que llegó al primer puesto de las listas en Gran Bretaña y Estados Unidos. Las ventas a día de hoy se cuentan por millones de copias. Hay que destacar que el sello compositivo de Plant empieza a cobrar más protagonismo en este segundo trabajo y eso repercutiría de forma muy notable en casi todas las canciones. Las bases musicales empezaban a asentarse definitivamente y la maquinaria de estos cuatro musicazos era ya imparable.

Led Zeppelín II fue publicado en el 69 y supuso la consagración definitiva de la banda. Grabado entre gira y gira, con un sonido mucho más duro que su primer trabajo, contiene alguno de los clásicos imperecederos dentro de su discografía. Sin ir más lejos, ahí tenemos la famosa “Whola lotta love” que abre de manera perfecta la primera cara del disco. Un riff demoledor con los clásicos aullidos de Plant en el medio de la pieza y que habré escuchado millares de veces. Un tema mítico al cual solían meter algún medley en sus interpretaciones en vivo. La sigue otra maravilla bluesera como la envolvente “What is and what should never be”, con unos pasaje atmosféricos acojonantes. El contenido sexual de “The lemong song” coge el relevo con continuos cambios de ritmo y otro sensacional trabajo vocal de Plant, sin contar la compleja melodía que crea al bajo John Paul Jones. Cierra la primera cara, una de mis favoritas de la banda desde siempre, nada menos que la celestial “Thank you”, introduciendo un sonido Hammond irresistible. En la segunda cara, abre fuego la contundente “Heartbreaker” con otro pedazo de riff machacón a cargo de Page, sin contar el tremendo solo que se casca en la mitad del corte. Un tema que se convertiría en uno de los fijos dentro de los set-list de la banda en sus distintas giras. Sin apenas descanso la enlazan con “Living loving maid (she’s just a woman)”, corto y directo pero casi nunca tocado en directo por la banda y que incluyen como cara B de “Whola lotta love”. Caso parecido a los aires acústicos de “Ramble on”, que representa el perfecto equilibrio entre la sosegada melodía de los versos y la contudencia del estribillo. El momento de Bonham llega con “Moby Dick” en forma de solo de batería y que se convertiría en otro de los puntos álgidos en los conciertos de la banda. Y cerramos esta obra de orfebrería con “Bring it on home”, compuesta por Willie Dixon, que se inicia con un blues añejo acompañado por el armónica de Plant para derivar en un tema propio del clásico sonido Led Zep.
Led Zeppelín II es un disco abrumador y que siempre tendrás en tu estantería como una clara referencia en tu vida musical. ¡Que podamos vivir otros 40 para poder disfrutarlo!